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Francisco Gómez de Quevedo y Villegas es uno de las figuras capitales del Siglo de Oro español. Es autor de las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también de una obra lírica de gran altura y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual, que le hace ser el principal representante del barroco español.
Nació en Madrid en 1580, en el seno de una familia de la aristocracia cortesana. Como escritor destacó por su erudición y la acidez de sus críticas y cultivó tanto la prosa como la poesía. Cursó sus primeros estudios en los jesuitas y después en la universidad de Alcalá de Henares; más tarde hizo hizo estudios de teología en la Universidad de Valladolid (1601-1606), capital de España en ese momento. Como personaje perteneciente a la nobleza, ostentó los títulos de Caballero de la Orden de Santiago y Señor de la Torre de Juan Abad
Hombre de acción envuelto en las intrigas más importantes de su tiempo, conocía las lenguas hebrea, griega, latina y modernas. Y destacó también por ser acérrimo enemigo personal y literario del culterano Luis de Góngora, el otro gran poeta barroco español.
Fue protegido del duque de Osuna, con el que se traslada a vivir a Italia cuando aquel es virrey de Nápoles y Sicili, desempeñando funciones diplomáticas. Cuando el duque cae en desgracia en 1620, arrastra a Quevedo, que es desterrado a La Torre de Juan Abad, pequeña villa dependiente del municipio de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) al sur de La Mancha.
Con el advenimiento del reinado de Felipe IV cambia algo su suerte; el rey le levanta el destierro pero el pesimismo ya se había apoderado de él. Su matrimonio con la viuda Esperanza de Mendoza (1634) tampoco le proporcionó ninguna felicidad y se separó de ella a los pocos meses.
Escribe duras diatribas contra el conde-duque de Olivares. Y más tarde, por un asunto oscuro que habla de una conspiración, es acusado de desafecto al gobierno, y es detenido en 1639 y encarcelado en el monasterio de San Marcos (León), que afecta seriamente su salud.
Cuando es liberado, en 1643, es un hombre acabado y se retira a sus posesiones de La Torre de Juan Abad para después instalarse en Villanueva de los Infantes donde el 8 de septiembre de 1645 murió.
Su obra literaria es inmensa y contradictoria. Hombre muy culto, amargado, agudo, cortesano, escribió las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también una obra lírica de gran altura y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual, que le hace ser el principal representante del barroco español.
De su prolífica obra en verso, se conservan casi 900 poemas. De su prosa cabe señalar: La vida del Buscón llamado don Pablos; Política de Dios y gobierno de Cristo; Vida de Marco Bruto, Los sueños y Los nombres de Cristo.